Si bien la investigación aún está en curso, se ha observado una relación entre las emociones y el desarrollo o el empeoramiento de las enfermedades autoinmunes. Algunos factores emocionales se han asociado con ellas.
El estrés puede alterar el sistema inmunitario, haciéndolo más susceptible a atacar las células sanas del cuerpo.
Experiencias traumáticas como el abuso físico o emocional pueden aumentar el riesgo de desarrollar una enfermedad autoinmune.
La depresión y la ansiedad pueden afectar negativamente el sistema inmunitario y contribuir al desarrollo de enfermedades autoinmunes.
La alexitimia o dificultad para identificar y expresar emociones puede aumentar el riesgo de desarrollar una enfermedad autoinmune.
Sentirse fuera de control o no tener poder sobre las situaciones de la vida puede aumentar el riesgo de desarrollar una enfermedad autoinmune.
Estrategias para manejar las emociones y reducir el riesgo de enfermedades autoinmunes
Practicar taichí, chi kung, meditación, yoga o pranayamas regularmente, ayuda de manera eficaz y notoria en la mejoría de las enfermedades autoinmunes.
El ejercicio ayuda a reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo, escoge el ejercicio que más se adecúe a ti, vete al parque ha practicar taichí y chi kung, relaciónate con personas que te hagan sentir bien y te aporten.
Si prefieres otro tipo de actividad física, por ejemplo natación, baile, sé regular en la práctica, no olvides que solo con plantar una semilla, no sale una plantita, hay que regarla y cuidarla con mimo para que crezca, así que no olvides cuidar de ti y tratarte con mimo.
Cuida tu alimentación, una dieta rica en frutas, verduras y cereales integrales puede ayudar a reducir la inflamación. Evita los alimentos procesados, el gluten y los azucares refinados.
El sueño es esencial para un sistema inmunitario saludable, si te cuesta conciliar el sueño, no te quedes mirando el móvil hasta las tantas, recupera la sana afición por la lectura y verás que a gusto duermes.
Consulta siempre a un especialista
Es importante tener en cuenta que las emociones no son la única causa de las enfermedades autoinmunes, la genética, el ambiente y otros factores también juegan un papel importante. Sin embargo, el manejo adecuado de las emociones puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar una enfermedad autoinmune o a controlar los síntomas de una enfermedad ya existente.
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